En “Roger Federer, la biografía definitiva” de René Stauffer, se cuenta un episodio del tenista suizo que quizás no se supo mucho.

En el año 2003, el Torneo de Maestros pasó a disputarse en Houston, con la particularidad que no sería bajo techo, como es habitualmente. Roger Federer, había clasificado en un año que lo catapultó a la elite del tenis y era uno de los candidatos. Pero claro, se mostró molesto por no jugar bajo condiciones indoor: “este torneo debería celebrarse bajo pista cubierta” expresó en los medios.

La llegada a Houston se dio gracias a la gestión de Jim McIngvale, multimillonario tejano que desembolsó más de 24 millones de dólares para tener el torneo durante dos temporadas. En una nueva rueda de prensa, el suizo volvió a criticar la elección, además de cuestionar el tamaño del estadio y la velocidad de la superficie. Esto, enojó mucho a McIngvale, quien se acercó a Federer muy enojado y le recriminó sus declaraciones.

Como era de esperar, esto molestó mucho a “Su Majestad”, quien según cuentan en el libro, contempló retirarse del torneo, lo que hubiese sido un gran impacto. Por suerte, desistió y terminó ganando su primer Torneo de Maestros.