Ganar un torneo Grand Slam es el máximo logro en el mundo del tenis. Razón de orgullo para un tenista y todo su país. Así lo vive Serbia con Novak Djokovic. El campeón del Abierto de Estados Unidos arribó a su ciudad natal, Belgrado, y vivió un momento muy emotivo ante una multitud que lo esperaba en el centro de la capital nacional.

El deporte serbio vivió un fin de semana a pura emoción. En la madrugada, el equipo nacional de básquetbol disputó la final de la Copa del Mundo, celebrada en Filipinas. Para mala fortuna de ellos, se quedaron con el subcampeonato al caer con Alemania en la gran final por 83-77. En tanto, ya sobre la noche, vibraron con el tremendo triunfo de Novak Djokovic sobre Daniil Medvedev para levantar su 24° título Grand Slam.

La ceremonia originalmente estaba planificada para la selección de básquetbol, pero los medios de comunicación comenzaron a coquetear con la posibilidad de que Novak Djokovic, prácticamente una deidad en la sociedad serbia, hiciera su acto de aparición. A su ingreso, la multitud enloqueció y comenzó a gritar “Nole, Nole, Nole” ante la palpable emoción del actual número 1 del mundo.

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El día de hoy, Serbia hizo su debut en la Copa Davis ante Corea del Sur con triunfo gracias a las victorias de Dusan Lajovic, Laslo Djere y el dobles compuesto por Nikola Cacic y Miomir Kecmanovic. Se espera que en las próximas horas Djokovic se ponga a disposición del capitán Viktor Troicki y jugar esta semana en la competición por naciones. Tras este esfuerzo, la leyenda serbia se tomará unas semanas de descanso para retornar a la competencia en el Masters 1000 de París Bercy a finales de octubre.