Desmenuzamos un poco más de “Roger Federer, la biografía definitiva” y en este caso repasamos el carácter del astro suizo, en sus primeros pasos en el tenis, hablamos de su inicio de la adolescencia, donde comenzaba a destacarse por su juego, aunque también por el comportamiento que muchas veces era motivo de enojo para sus padres y entrenadores.

“Roger era muy irritable y ambicioso. Decía muchas malas palabras, además de lanzar la raqueta. A menudo tenía que calmarlo. Incluso, una vez debí mandarlo a la casa. Nació con una raqueta en la mano pero hubo que ponerle un límite con su carácter” afirmó Adolfo Kacovsky, primer entrenador del suizo a los 11 años.

Sus padres también padecían ver a su hijo enojado en pleno partido: “Para nosotros era terrible, y su comportamiento muchas veces nos ponía incómodos” contó Robert, padre de Roger.

Incluso el propio Federer reconoció y recordó esos momentos: “No me comportaba nada bien. Mis padres se avergonzaban de mi comportamiento y me decían que cambie o no me acompañarían más. Cambié pero fue un proceso largo. Me enojaba conmigo mismo, con mi juego y rompía en llanto. Anhelaba la perfección demasiado pronto”.