No solo México, sino también toda Latinoamérica ha sido marcada por el indiscutiblemente emblemático partido que la colombiana Camila Osorio jugó el día de ayer en el WTA 500 de Guadalajara, México.

Una remontada tan inminente que es complicado describirla en palabras, y que a quienes tuvieron el honor de presenciarlo les sigue provocando una sensación de asombro, la cual permanecerá por un largo tiempo, e incluso quedará grabada en la historia del tenis latinoamericano.

Cuando pisa la cancha, pareciera como si nada más existe. Es una conexión de Camila con el público y viceversa que invadió por completo a todo el estadio del Complejo Panamericano de Tenis. La combinación de su carisma con su sólida presencia y su fuerza mental, fueron el toque especial que la colombiana le imprimió al partido.

La potencia en sus movimientos fue clara desde el inicio del encuentro, y su rival, la rusa Veronika Kudermetova, no se quedó nada atrás. Golpes con gran potencia y  extensos desplazamientos se apreciaban desde ambos de la cancha. Y a pesar de que Kudermetova se llevó el primer juego, Osorio presionó y presionó, escalando hasta un 7-6 a su favor.

Para el segundo set, comenzó con una seguridad que era evidente en su estrategia, superando nuevamente a Veronika. Teniendo una desventaja considerable, la europea apretó, hasta un tie break. La latina sumó únicamente 2 juegos contra los 7 de Kudermetova.

La presión impactó incluso en el físico de Camila, quien entre la segunda y la tercera parte pidió servicio médico, y fue atendida de su brazo derecho.

La doctora se retira, y llega el llamado para inaugurar el tercer set. En un corto periodo de tiempo, Veronika no solo mantuvo su condición de ganadora del segundo, sino que se superó a sí misma y por bastante a su contrincante, con un impecable 5-0.

Los rostros de los asistentes, quienes en su mayoría apoyaban a la colombiana, comenzaron a cambiar. El triunfo parecía inminente. Osorio rompe y suma un juego. Lo que continuó fue EL evento histórico, la razón que la catapultó a convertirse en una jugadora histórica.

1-5, 2-5, 3-5, 4-5. 5-5, y 6-5. El escenario es aun mejor; el sol comienza a descender y los ánimos están por los cielos. Triple match point se lee en el score. La colombiana comete un par de fallas. Match point. Kudermetova no logra hilar, y el recinto estalla de alegría ante una Camila que no se la puede creer y que está al borde de las lágrimas.

En sus propias palabras, la motivación del público, de su entrenador y de sí misma fue lo que la llevó a lograr tan increíble jugada.